Los múltiples adelantos tecnológicos en arquitectura han convertido al cielo suspendido o cielo raso, en un elemento indispensable para la reducción y manejo óptimo del sonido en edificios.
Un cielo suspendido combina tecnología, vanguardismo y diseños únicos, aplicando plafones acústicos flotantes que pueden aislar el sonido de dos formas diferentes:
Hoy le mostramos 5 espacios en donde es necesario utilizar cielos suspendidos para conseguir una mejor acústica.
En las oficinas corporativas, los empleados manifiestan que la intrusión de ruido no deseado es uno de los factores principales de la insatisfacción, la fatiga laboral, una menor eficacia y un mayor nivel de estrés.
El ruido no deseado se suele vincular con la privacidad de las conversaciones, escuchar conversaciones ajenas no deseadas y a niveles de sonidos demasiado altos.
Según Junsoo Kim y Richard de Dear (Universidad de Sídney y Centro para el Medio Ambiente Construido de la Universidad de California), a través de una encuesta realizada a cerca de 42,000 trabajadores en oficinas de Australia, Estados Unidos, Finlandia y Canadá, determinaron que la falta de privacidad en la oficina y en las conversaciones es la principal causa de molestias en los colaboradores.
En estos casos, la función principal de los cielos suspendidos es absorber el sonido que normalmente rebotaría desde el plafón a los espacios de trabajo.
Las piezas que conforman el cielo suspendido son flexibles para ofrecer el equilibrio correcto, incluso cuando los empleados se concentran un minuto y colaboran entre sí en el siguiente.
Un recinto educativo cuenta con múltiples áreas abiertas, como cafeterías, auditorios, gimnasios y salones audiovisuales. Todos estos requieren cumplir con diferentes necesidades acústicas y de durabilidad.
La reducción del ruido es clave y puede lograrse con plafones acústicos para absorber el sonido e impedir que se desplace a áreas contiguas. Las cafeterías y los cuartos de usos múltiples también son lugares ideales para combinar opciones de diseño acústico.
Los laboratorios clínicos, hospitales, salas de operaciones y centros de recuperación necesitan soluciones acústicas de alto desempeño, durabilidad y de fácil mantenimiento y limpieza.
En este tipo de lugar, las personas pasan tiempos prolongados derivados de intervenciones médicas, por lo que se torna necesario contar con un nivel sumamente bajo de sonidos, el cual se consigue con un cielo suspendido.
En espacios comerciales y de consumo, una buena acústica es clave para ayudar a los clientes y el personal a comunicarse claramente, los centros comerciales y puntos de ventas necesitan un cielo suspendido tan versátil como ellos. Este cielo debe tener una resistencia superior para soportar prolongados tiempos de uso.
Cuando una persona va a emprender un vuelo, suele encontrarse con situaciones que van desde una demora de 15 minutos a una escala de 8 horas, los pasajeros usan las salas de espera para pasar el tiempo de diferentes formas.
Un cielo suspendido en un aeropuerto crea un área tranquila y acogedora, lejos del agitado ritmo de la central de vuelos y de los pasillos concurridos.
El control de la acústica en los recintos es un tema que no se puede dejar de lado, pues son cada vez más necesarios los lugares que ayuden a las personas a concentrarse, trabajar o simplemente pasar un momento de tranquilidad.
Los cielos suspendidos son una excelente herramienta para aislar y reducir considerablemente los molestos e incesantes ruidos externos.